TARDE O TEMPRANO
A los pobres les consuela la esperanza, y hasta se podría decir que es la razón de sus vidas.
Ellos se pasan la vida entera esperando y a los demás qué les importa: "son pobres pues, qué vamos hacer", dicen y siguen su curso.
Una de las frases que los pobres suelen decir para consolarse y aliviarse de tan injusto destino es: "tarde o temprano".
"Tarde o temprano se terminará esta situación", "tarde o temprano se compondrá mi vida", "tarde o temprano tendré dinero y saldré de la pobreza", etc., etc., ... etc.
Y la verdad es que pasan los años y su situación nunca cambia, sino por el contrario, empeora. Tal parece que ser pobre es una maldición, que ni las probabilidades ni el azar parecen darle mucha chance.
A pesar del sufrimiento, llegan todavía a decir: "la esperanza es lo último que se pierde", y mueren sin que su esperanza se concrete.
En la batalla por el crecimiento, yo creo que la esperanza no es buena aliada, sino más bien la confianza y fe en sí mismo, así como la inteligencia para saber enfrentar los desafíos que pone la vida en ese camino.
El éxito o los triunfos son relativos, lo que cuenta es el crecimiento como persona y la satisfacción interior de ser, hacer y saber estar.
Qué bueno sería poder decir con seguridad, antes de morir: Soy.